Algunas
noches, mientras ceno veo algún programa de la televisión. En uno
de los canales hay un programa donde las personas acuden para
encontrar pareja. Las hay de todas las edades, y lo que llama la
atención es la cantidad de gente joven de entre dieciocho y
veinticinco años que necesita de este formato para tener una cita.
Los oyes hablar y da un repelús de estos de "la madre que parió
a la LOGSE, a la LOMCE y a todas las siglas de Educación". De
verdad, algo se está haciendo mal en este país, ¡muy mal!, a tenor
de los que estoy viendo. Probablemente el programa esté sesgado, no
lo niego, y elijan a los pretendientes por sus características
extremas, por lo de subir la audiencia, digo, pero es que en muchas
ocasiones da vergüenza ajena y claro, el morbo de ver a alguien
decir, por ejemplo, que es más de "rollos" ocasionales,
que se dedica a hacer porno y cuando tiene pareja solo hace lésbicos,
o no saber situar a Granada en el mapa, nos puede dar una idea de
quiénes NO nos van a pagar las pensiones. ¡Para echarse a temblar!
Muchos
dirán que en España hay gente joven muy bien formada, con carrera
universitaria, master, etc, etc... Sí, esos son los que se irán a
otros sitios de Europa a trabajar. Nosotros los formamos, y como
estamos politizando todo, poniendo al mando en todas las
Instituciones a gente con carnet de partido y no por meritocracia,
pues los que no pasen por el aro, que normalmente suelen ser los más
listos, no van a tener más cojones u ovarios que irse si quieren
tener un trabajo digno.
Muchas
veces pregunto a los adolescentes con algún problema en los estudios
por su futuro laboral. Cuando me responden con utopías, yo me apiado
de ellos y les propongo la solución: si queréis trabajar, a no ser
que tengáis un buen padrino, meteos en política. El partido os irá
recolocando si sois fieles. Ya lo dijo Alfonso Guerra: " El que
se mueva no sale en la foto". A los otros no, a los brillantes,
les digo que aprendan idiomas porque la otra Europa les dará
trabajo. Así de cruel. Una fuga de cerebros en toda regla y
nosotros, si no lo remedia nadie, nos quedaremos con los enchufados
políticos, los recomendados por sus padrinos y los que van a los
programas a buscar pareja que no saben dónde está Granada, ni qué
pasó en 1492. Como ironizaría Arturo Pérez Reverte: Ni puta falta
que hace, ¿verdad, colega?