jueves, 24 de octubre de 2013
Los arribes del Duero
Estoy
en los arribes del Duero. Aquí la naturaleza no obedece y el río se abre paso
entre las rocas y de entre las rocas surgen árboles que desafían al tiempo.
Aquí estoy, rodeada de belleza, en un pueblo llamado Fermoselle, tan cerca de
Portugal que se puede intuir el rastro luso. He conocido gente que merece la
pena ser conocida y seguro será difícil de olvidar. He visto paisajes
atemporales envueltos en la sombra del río y me he sentido diminuta entre tanta
grandeza. ¡Eso está bien! De vez en cuando nos tienen que decir aquello de
" recuerda que eres mortal" para no creernos lo que no somos. Al fin
y al cabo, lo somos: mortales. No lo olvidemos.
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