jueves, 21 de noviembre de 2013

La soledad de las redes sociales

Las redes sociales han cambiado nuestra vida desde hace unos años. Facebook o twitter nos ha hecho desnudarnos como personas delante de cualquiera que quisiera leernos. En esta sociedad, tener ídolos está siendo una tarea cada vez más complicada. Creo que el mundo de los “conocidos” se ha venido abajo por las redes sociales. Twitter ha desenmascarado a la gente tal y como es realmente. Cuando pienso en actores míticos me cuesta trasladarlos a la realidad. Una no se imagina a Paul Newman diciendo: "hoy he desayunado tortas con jamón, mmmmm". Cuando una piensa en un personaje que le gusta, en un amor platónico, lo idealiza y twitter ha humanizado esa idealización, poniendo a ras de tierra a todos por igual. Ya no hay diferencias entre Cristiano Ronaldo y mi panadero. Ambos desayunan tortas con jamón, ambos duermen sobre sábanas, aunque los de uno cuesten diez veces más. Se ha perdido el misterio de la gente famosa como personaje, para convertirlas en personas. No estoy idolatrando a la gente famosa. Mi amigo Ramón Mira dice que es un pecado idolatrar a los humanos, porque sólo se idolatra a los dioses. Me refiero a esa necesidad de compartir cotidianeidad y normalidad. Si son normales, mejor para ellos. De todas formas, lo averiguaremos en sus comentarios de twitter.
Es muy fácil adivinar cómo es una persona como persona, leyendo sus comentarios. Uno es lo que escribe en twitter o en Facebook. Se palpan los miedos, las miserias que escondemos, los anhelos o las ilusiones. Es fácil hacer una composición de lugar de una persona si lees sus comentarios. Paseando por las redes sociales, he leído los mensajes de twitter de una periodista exitosa, merecedora del éxito por inteligente, talentosa y trabajadora y en ellos aparece la mujer, sin el parapeto del periodismo, desnuda en alma. Habla de la condición de su soltería, demasiadas veces, me parece, de las noches de tele en el sofá de su casa, de cuando se queda sin salir disfrutando del calor del hogar, de cuando se va de fiesta, con foto incluida o de su interés por la caza mayor (eso le ha suscitado algún comentario negativo). Todos esos actos la igualan a nosotros: a los de andar por casa. No sé si eso los beneficia o los perjudica. Yo creo que los perjudica, porque en las redes, se palpan los defectos y cuando admiras a alguien famoso, intentas obviar sus defectos. No interesa; tan sólo sus logros profesionales, pero muchos de ellos se empeñan en compartir su vida personal con la gente que los lee. Puede leerlo cualquiera que sepa leer, por cierto. 

Los famosos tienen la necesidad de decir lo que hacen exactamente igual que el resto de los humanos. Si miramos twitter de personas anónimas, el contenido es el mismo: estamos constantemente diciendo a los demás cómo somos (curioso el ego, lo importantes que nos creemos), cómo nos sentimos, lo que hacemos... ¡hasta nuestros pensamientos íntimos!, en algunas ocasiones. Estamos llenos de redes sociales y me atrevo a decir que estamos más solos que nunca. ¿El nivel de soledad se mide por el número mensajes de twitter o de Facebook diarios? ¿O es un lugar más donde poner nuestra autoestima?

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